El Sonido del Silencio

En nuestra casa siempre hay ruido. Las niñas cantan, se pelean y se ríen. Rocío habla por teléfono o platica con las niñas. La televisión o el radio están prendidas y a todo volumen. Se escuchan los vecinos platicando, entrando y saliendo del edifico o colgando su ropa fuera de nuestra ventana. Nunca hay silencio. 

Este fin sábado salieron todas las mujeres con las que vivimos y cuando llegamos a la casa a la media noche, en la casa solo había silencio. Algunas regresaron en la madrugada, pero han estado dormidas todos los día. En este silencio he encontrado paz y tranquilidad. He tomado tiempo para hacer tarea y pasar tiempo con Dios. Es justamente lo que necesitaba después de esta primera semana de clases. Estoy disfrutando el sonido del silencio…